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jueves, 15 de septiembre de 2011

BENEFICIOS DE LA SAL PARA LA SALUD

 BENEFICIOS DE  LA SAL

Durante los últimos 30 años, la sal ha sido señalada como una de las principales causas de hipertensión. Tras diversos estudios realizados en esos años, la tendencia médica mundial actual recomienda limitar su consumo y mantener una dieta baja en sodio.

Las recomendaciones apuntan a disminuir el uso de sal, especialmente en los alimentos industrializados. La American Medical Association ha convocado a industrias y restaurantes a que voluntariamente limiten los niveles de sodio a 50% para 2016. Esta sugerencia comienza a hacer efecto: el mes pasado, debido a cierta presión de la opinión pública, la cadena Subway decidió disminuir el sodio que añade a panes y rellenos en sus locales de Estados Unidos tal como hizo, por obligación legal, en Europa y Australia.

La sal se convierte en un problema cuando se consume de más y cuando la persona es susceptible al sodio. Esta es una condición difícil de identificar que suele reflejarse en un repunte de la tensión arterial.

"Algunos adultos sanos pueden consumir tanto sodio como quieran con poco o ningún efecto en su presión arterial. Para otros, demasiado sodio lleva a una presión más alta que, con frecuencia, se hace crónica. Esto se conoce como sensibilidad al sodio", se explica en 5 pasos para controlar la hipertensión, publicado por Clínica Mayo con editoría del médico Sheldon Sheps.

Estudios de gran magnitud han demostrado que, en la mayoría de los casos, cuando las personas consumen poco sodio, la presión arterial disminuye y reduce los infartos y ACV. Esto es aún más notorio en las personas afrodescendientes y mayores, quienes son genéticamente más susceptibles a sufrir de hipertensión.

Según cálculos de los National Institutes of Health de Estados Unidos, todas las personas, incluyendo niños y adolescentes, deberían limitar el consumo de sodio a 1.500 miligramos al día, alcanzando un máximo de 2.400 miligramos. Eso equivale a una cucharadita de sal. Y hay que considerar que, según la Clínica Mayo, cerca de 77% del sodio que se consume a diario proviene de lo que contienen los alimentos, especialmente industrializados, y sólo 23% es sal que se añade conscientemente a las comidas.

"Además de aumentar la tensión, el sodio puede afectar la función renal pues favorece la retención de líquido y puede precipitar cálculos renales. El exceso también puede afectar los sistemas de control homeostáticos y alterar la respuesta del organismo a la hormona antidiurética que regula la excreción urinaria", expresa Cova, quien insiste en que, bajo ningún concepto, se debe agregar sal a las comidas destinadas a bebés menores de un año.

Los enlatados son grandes fuentes de sodio. Una sola lata de crema de pollo, por ejemplo, contiene cerca de 1.100 miligramos por taza. Lo esencial es aprender a interpretar las etiquetas. Según la tabla publicada en 5 pasos contra la hipertensión los alimentos que contienen menos de 5 miligramos son considerados casi libres de sal. Con menos de 35, muy bajos en sodio. Y con 140, bajos en sodio. Los médicos de la Clínica Mayo advierten que adaptar al paladar a comer con menos sal puede demorar varias semanas. Sin embargo, es necesario recordar que los beneficios en la salud son inmediatos.

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